viernes, 5 de junio de 2020

Economía



Su economía está basada en la agricultura con cultivos de vid, remolacha y cereal.
Villovela de Esgueva. Suelo de Vid, Remolacha y Cereales.


viernes, 17 de enero de 2020

Historia

Historia:
El montículo ocupado por las visitadas bodegas de Villovela fue poblado hispanorromano del siglo V, claro que devastado por los visigodos, noticia que vendría contraindicada al no revelar hallazgos cerámicos en superficie. Parece más lógico que en la cima del cercano Landicastillo, al sudeste del actual núcleo habitado, existió una modesta fortaleza altomedieval. También resulta evidente que el sonoro nombre de la localidad responde en realidad al antropónimo Villa de Vela.
Cerca de Villovela se encuentra el convento de Nuestra Señora de los Valles, fundación carmelitana sita en la margen derecha del Esgueva, entre Torresandino y Villovela. Se encontraba arruinado en 1849. La casa fue reedificada por Diego González de Avellaneda, hijo de Lope Ochoa de Avellaneda (+1384), señor de Gumiel de Mercado, Valdesgueva y Villovela, y padre de Beatriz de Avellaneda (+1436), señora de Gumiel de Mercado, Villovela de Esgueva y Saldaña, fundadora de una capellanía en la casa de los carmelitas descalzos. El altar mayor de Santa María de los Valles, pieza neoclásica del siglo XVIII advocado a San Miguel y la Virgen del Carmen, terminaría siendo trasladado hasta la colegiata de Santa María de Roa cuando el convento fue desamortizado.



Enrique III (1390-1406) instalo cuartel en el despoblado de Valera cuando en 1394 decidió cercar la villa de Roa, donde residían el rey don Pedro y doña Leonor, reina de Navarra. La aldea de Valera terminaría siendo agregada a Villovela.
Villovela de Esgueva pertenecio hasta el año 1956 a la Diocesis de Osma-Soria. 

Introducción

Introducción:

Es un pueblo​ situado en la provincia de Burgos, Castilla la Vieja, en la comunidad autónoma de Castilla y León (España), comarca de Ribera del Duero, perteneciente al ayuntamiento de Tórtoles de Esgueva.
Escudo de Villovela | A vista de campanario


Rutas

Las rutas de Villovela

Ruta 1: RUTA DE VALDAUVA (VALDOVA)


Se sale del pueblo por el gallinero del Severo, y se toma la carretera hacia Olmedillo. Llegados frente a la viña de Amador, se coge el camino de Valdigueño. A la izquierda tenemos las cuestas de Socastillo y a la derecha el arroyo de Pilella (conocido por Pilleta). Avanzamos por el camino de Valdigueño hasta llegar al espeso.
Pasado el espeso, se suba al monte de Landecastillo por la fuente blanca. Al llegar al paramo, se sigue el camino que se dirige hacia el chorro de Valdecubillas. No bajamos por él, sino que dirigimos a la derecha, hacia el este, por el llano de Peñahueca. Llega un momento en que el camino desaparece y vemos enfrente, a lo lejos, unos corrales. Es el pago de Valdeuva, en el término de Torresandino.
Desde allí podemos girar a la izquierda y bajar por camino de Valdova hacia Villovela. Para alargar esta ruta, a partir de los corrales, podemos adentrarnos, campo a través por unos perdidos, en los robledades de Valdoba y llegar hasta el final por el monte de Valdeuva, desde donde se divisa ya Torresandino.
Regresamos ya hacia Villovela por el borde del páramo, a lo largo de la cuesta de San Juan, divisando enfrente el convento. Llegamos al vértice geodésico y desde allí giramos, entre la espesura, hacia el sur, para tomar el camino de San Millán.
Bajamos por dicho camino y enseguida llegamos, entre campos de cereales y viñas, a Carrazarzas. Desde allí, lo mejor es seguir la carretera y, pasando frente al cotarro de las bodegas, entramos con ganas en Villovela. Podemos coger también el camino de Carrazarzas hasta la arboleda de Carrahuertas y, a continuación, llegamos con gozo a la Fuente.
Nota:esta ruta puede hacerse bien en tres horas de marcha.

Ruta II: RUTA DE LA NAVA (El navajo)


Salimos de la Fuente y tomamos el camino de la calzada hasta Santa Lucía. Allí se escoge el camino a la derecha de la ermita, que sube hacia el monte. Ya en la cuesta y al lado del camino hay unos huecos, sobre el asperón, de donde se extraía una arena blanca y fina.
Una vez subida esta primera cuesta, vemos a la derecha una viña grande del Isidro, que llega hacia el Regajo. En esa bifurcación, tomamos el camino de la Izquierda, que sube directamente al monte, pasando por el rehundido. Es un camino pedregoso por el que ahora no pasan tractores, pero que se puede usar bien si se va de marcha.
Al llegar al paramo nos encontramos con un cruce de caminos. El de la derecha se dirige a los Cascajos. El de la izquierda, al lado de un corral de ovejas, nos llevaría al Callejón. El de medio nos lleva al Navajo y a lo lejos podemos divisar el corral de Celerino, hacia el que nos dirigimos.
Superado este corral, el camino entra en un perdido. Hay que seguir avanzando por el en la línea recta hasta que el camino y el perdido se acaban y se entra en las tierras: las primeras, fincas alargadas hacia la suave hondonada que vemos en frente, son de Villovela. A continuación, ya en dicha hondonada, es el término de Torresandino.
De frente, en el horizonte se ve una espesa ceja de robles. Hay que dirigirse recto hacia allá en dirección norte. Aquella es la cañada real de 60 varas que iba por todo el páramo y llegaba a la sierra pasando por Lerma. Llegados a la cañada, giramos en dirección este, a la derecha, y nos dirigimos a los corrales de Torresandino. En medio de la cañada hay un ancho camino que nos llevara a las eras y tenadas donde trillaban los de este pueblo.
De esa eras y corrales sale, a la derecha, un camino en dirección sureste, con árboles al lado, y que se dirige hacia el convento. Tomamos esa ruta y, al cabo de un km, hay un cruce de caminos: escogemos el de la derecha, en dirección a Villovela, el camino de los cascajos. En ese camino encontraremos a mano izquierda, a unos 100m del camino, un vértice geodésico.
Pasamos los Cascajos y bajamos por el camino de Carraburgos, antigua cañada de 30 varas que procedía de Peñafiel y enlazaba con la anteriormente descrita en la zona de las tenadas que hace un rato hemos superado. Aprovechamos para “abrevar” con deleite en la fuente de Casivino, en pleno chorro de Carraburgos. Un rato después nos encontraremos en el moral de Santa Lucía, en cuya tentación caeremos, sin duda. Allí nos pondremos moradas, nunca mejor dicho. Merecido lo teníamos.
Nota: esta ruta se hace en tres horas de marcha. Se puede hacer
También en bicicleta toda ella, menos la subida al navajo.

Ruta III: RUTA DE PORTILLEJO


Se baja por el Camino Real, dejado a mano derecha la casa de Pablo y después, a mano izquierda, el Vivero. Se llega, por los Quiques, hasta la hundida bodega del Rin. Un poco mas adelante, a mano izquierda, el camino de Portillejo. Allí contemplamos los majuelos y los remolachares que han plantado los de Tortoles.
Rodeamos la cuesta de San Martín y avanzamos por el chorro de Portillejo, dejando a mano izquierda los espesos de Valdemadera y a la fuente del Cinco. Cualquiera de los cambios que salen a mano derecha suben al paramo y llegan a Guzman, ya en lo alto del paramo.
Hay que girar entonces a mano izquierda y subir a la loma de Portillejo (948m. de altitud) y avanzar por lo alto en dirección a Villovela hasta tocar el vértice geodésico del Instituto Geografico Nacional.
Siguiendo en esa dirección llegamos, al poco rato, hasta el valle de los Nogales. Si bajamos por ese valle y descendemos a lo largo de Vartiluengo, llegamos a Antarroa, dejando a mano izquierda las lomas de las Sumas. Pasamos, camino adelante, entre Antarroa y los majuelos y frutales de Padrillejos y nos acercamos a la carretera de Olmedillo.
Pasado el gallinero de Severo entramos, por fin, en Villovela.

Nota: esta ruta “pedestre” se hace en tres horas. Si se llega a
Guzmán, el paseo se prolonga, por los menos, una “horeja” más.


Ruta IV: RUTA DEL CHORRO DEL TIO PERICO


Nos vamos por la calzada hasta la ermita. Tomamos el camino del Callejón, a la izquierda del moral. Subiendo por el Callejón, brota al lado del camino una fuente que en años de lluvia fluye hasta la balsa.
Cuando llegamos al paramo tomamos el camino del medio, conocido como el camino de Antigüedad. A la izquierda dejamos el término del Carrascal. Avanzamos por el primer camino hasta meternos en el pago de Comuniegos y llegamos el hoyo del Verdugal.
Después de superar la Cabaña del Burrero, que queda entre unos majanos a la derecha del camino, tomamos el camino de la izquierda que se dirige hacia Tortoles, que es la Fuente del Venado. Por allí se divisan unos corrales de ovejas, ya en el término de Tortoles.
Ese camino va descendiente y nos lleva al chorro del Tío Perico. Bajamos por el hasta llegar a la presa. Bordeamos la presa por la derecha, seguimos bajando y dejamos a mano izquierda la ermita de San Isidro y unos nuevos planteles de viñas.
Con ello llegamos a la carretera, que atravesamos y nos dirigimos al río por el antiguo camino de Villovela. Atravesando el término del Pontón, pasamos por el puente romano y llegamos al cruce de caminos, donde se halla la caseta de Moisés y el pequeño vergel que allí se ha montado.
Subimos por el Camino Real. En el valle quedan la Encerrada, el molino del Rin y Moralejos. Pasada la casa de Pablo, entramos en Villovela por la avenida más elegante de la localidad.
Nota: Esta ruta se hace caminando en
unas tres horas y en bicicleta en hora y
Cuarto.

Gastronomia

Gastronomía

1.     El lechazo:
a.    Como se prepara el lechazo en Villovela de Esgueva:
Su elaboración es sencilla y natural, en horno de leña de encina se pone en una cazuela de barro plana un cuarto de lechazo de raza Churra, con las costillas hacia arriba, echando en la misma una cucharada de manteca, un poco de agua y sal. Se mete al horno a fuego flojo durante una hora. Pasado dicho tiempo, se da la vuelta al cuarto de lechazo colocando el resto de manteca por encima, se le sazona y se añade un poco de agua con limón. Se vuelve a meter en el horno durante aproximadamente media hora a fuego fuerte para que se dore, quedando listo para servir.
2.    Quesos
3.    Vinos de Ribera del Duero


Algunos de sus cantares

Capitulo III

EL CONTADOR DEL TIO BASILIO
El viejo contado del tío Basilio, es de los pocos que aún se conservan en las bodegas de Villovela. Su interior era en forma circular donde se sentaba la cuadrilla en tertulia al anochecer, en el centro se encendía una gran hoguera, y también el viejo candil de aceite y a veces el carburo.

CAPITULO IV

CANCIONERO DE VILLOVELA

Algunos de sus cantares…

VILLOVELA ES UN PUEBLO

Villovela es un pueblo
Del valle del esgueva
Que en invierno y verano
Gusta a cualquiera
Gusta a cualquiera niña
Gusta a cualquiera
Villovela es un pueblo
Del valle del esgueva.

A la rueda rueda
La rueda de villovela
Que empieza en la Valdova
Y acaba en Ladepedrera.

Cuando subes a por vino
Al cotarro las bodegas
Subir subirás con males
Bajas con el quita penas.

Villovela es un…

Un raposo y una raposa
Hacia burgos caminaban
Cuando el raposo se cansa
En la raposa montaba.

Los carrozas a la cama
A soñar con los trigales
Que esta noache va a salir
La ronda de los chavales.

Villovela es un …

En villovela de esgueva
Había cuatro molinos
Uno funciona
Ñps demás están hundidos.

Ya se termina la rueda
La rueda de Villovela
Prueba el lechazo de aquí
Que es una cosa estupenda.

Villovela es un …

VILLOVELA TIENE COSAS

Villovela tiene cosas,
que no tienen muchos pueblos,
el escudo, la bandera,
y la gente con salero.

En el centro del escudo,
el cuervo de sable negro,
el moral que le rodea
y el puente romano en medio.

Raposita, bonita, dame la mano,
para subir al monte de vez en cuando,
de vez en cuando niña, de vez en
cuando
raposita bonita dame la mano.

Dos colores bellos tiene,
que bien luce la bandera,
el verde de nuestros campos,
 y el azul del río Esgueva.
Cuando lleguen a este pueblo,
aprecien nuestros emblemas,
que con orgullo tenemos,
los hijos de Villovela.

Raposita bonita, dame…






Sitios de Interes

IGLESIA-ERMITA



En Villovela se cita aun la existencia de las tres ermitas del término: Santa María, San Román y Santa Lucia, además de la parroquial de San Miguel.
La iglesia de San Miguel de Villovela cuenta con dos naves, románica la septrentional; tardo gótica, la meridional. Conserva casi en su integridad el viejo edificio románico, al que se abraza el camposanto por el norte, con un ábside semicircular perforado con tres ventanas regadas de medio punto, el cuerpo de la nave y una torre moderna de planta cuadrangular alzada a los pies. El acceso se realiza desde la portada meridional que da paso a una amplia nave tardo gótica, es de traza apuntada, porta moldura conopial y alfiz ornados con bolas, así como jambillas en correspondencia con las arquivoltas, dentro de una estética familiar al gótico flamígero.
En el interior del ábside, cubierto con bóveda de horno y extradosado, se aprecian amplias arquerías ciegas de medio punto que apoyan sobre una importa abilletada y sirven de enmarque a los vanos, en el punto de arranque de la bóveda de horno encontramos otra imposta de bolas.
La nave meridional, con aparatosa cabecera poligonal, plementería arriñonada y solidas pechinas angulares que recuerda la parroquial de Cabañes de Esgueva, da paso al tramo presbiteral y otro más occidental, cubiertos con crucerías estrelladas cuyas claves caladas se decoran con monográficos ´´IHS´´. Las impostas de bolas y los pilares fasciculares nos hablan de una edificación alzada hacia el primer tercio del siglo XVI que, sin embargo, respeto la modesta nave románica septentrional, a la que se abre respetuosa mediante un gran arco apuntado.
La nave tardo gótica del templo parroquial de San Miguel alberga además un excelente coro doble de madera tallada a los pies, un pequeño retablo renaciente donde figura el nombre del comitente y una talla de madera policromada con una Santa Ana triple, pues aparece acompañada por la Virgen y el Niño, y parece datar de finales del Siglo XIV o inicios del XV.


Singular resulta la excelente pila bautismal, semiesférica y dispuesta sobre peana, bulbosa, queda alojada en la vieja cabecera románica. Es pieza en milagroso estado de conservación- no sabemos si por efecto de las rudas aguas del esgueva o las más idolatradas del Jordan- y singular refinamiento obrada hacia mediados del siglo XVI que presenta las armas parlantes de don Juan De Acosta, obispo de linaje luso a la sazón prelado de El Burgo de Osma (1539-1563), circunscripción eclesiástica a la que perteneció Villovela hasta 1953, cuando paso definitivamente a depender de la sede de Burgos.





Destaca por su belleza el interior de su iglesia formada por dos templos uno gótico y otro románico decorado con un bonito retablo del siglo XVI, que se remonta a dicho siglo, e imágenes talladas de Santa Ana, La Virgen y el Niño. El coro es otra de las piezas maestras de indudable valor artístico.
Lugares de Interés:
Fuente de Villovela:








Al pasear por las calles de Villovela, encontraremos típicas casas ribereñas construidas con adobe y piedra. Además, 

Villovela de Esgueva. Suelo de Vid, Remolacha y Cereales.


Casa típica, VILLOVELA DE ESGUEVA (Burgos)




Cerca de la ermita de Santa Lucía se encuentra una singular morera, registrada en el catálogo de árboles singulares de la provincia de Burgos.
Entidad Local Menor de Villovela de Esgueva – Ribera del Duero ...

Puente de Villovela:

Puente de Villovela, VILLOVELA DE ESGUEVA (Burgos)